Thursday, August 21, 2014

La Psiquiatrización de la Vida Cotidiana




El perfil hipocondríaco o de ansiedad por enfermedad, merece ser ahora objeto de estudio.  Esto debido a que el acto de preocuparse por la amenaza de la pérdida del buen estado de salud posee una frágil frontera entre lo preventivo y lo patológico.  Exactamente, en el preciso momento en que la preocupación en una determinada persona se vuelve  
excesiva ante la amenaza -real o fantasiosa- de padecer o contraer alguna enfermedad o condición médica es tal que, a pesar de la evidente y objetiva medida médica de una ausencia de las mismas, existe la alta probabilidad de que dicha persona permanezca refiriendo un conglomerado de síntomas psicosomáticos, ansiosos y cogniciones desequilibradas, todas relacionadas.  Incluso, ante el real posible riesgo de presentar una afección médica (antecedentes genéticos como ejemplo) su preocupación supera en gran medida la respuesta normativa o esperada socialmente.  Sus comportamientos se tornan vinculados –en ocasiones casi de forma exclusiva– a la búsqueda de evidencia que apoye su preocupación patológica, con autoevaluaciones frecuentes de signos físicos, consumo no supervisado de medicamentos así como el uso de ungüentos, cremas y remedios caseros como métodos preventivos ante la amenaza desajustada de adquirir la condición médica o enfermedad.  Esta enfermedad temida pudiera variar a través del tiempo o permanecer igual, puede ir desde pensar que se está quedando ciego hasta que sufrirá de gangrenas.  En algunos casos, se duda de las capacidades y competencias de los profesionales de la salud, por lo que se persiguen segundas y terceras opiniones.  En contraparte, ciertos/as individuos evitan asistir a clínicas, profesionales de la salud y hospitales –con conductas comunes como ausencias o cancelaciones a citas médicas–.  En otro grupo de casos, las quejas cambiarán de órganos, zonas, sistemas y/o presentaciones.  Lo desajustado de este perfil es que el funcionamiento personal, social y laboral se ve afectado dada la creencia desacertada de estar sufriendo alguna enfermedad.  Cuando este perfil afecta el desempeño ajustado en cualesquiera de los ambientes en que se maneja el/la individuo, debe ser motivo de consulta inmediata y procurar regresar al mismo o mejor estado funcional previo a la ansiedad.  Por otro lado, su grupo de apoyo primario igual se pudiera ver afectado dada la necesidad frecuente de asistencia, apoyo e incertidumbre sobre la veracidad de las quejas, el rechazo a las ayudas ofrecidas, entre otras conductas contraproducentes.








El/la sujeto que se desarrolla bajo el propulsor del sentido de inferioridad anda en el mundo combatiendo una mayúscula carencia de valor.  Es aquí donde el/la individuo insatisfecho —y sintiéndose menor comparativamente con los/as otros/as, se motiva y esfuerza -saludable o neuróticamente- por alcanzar la perfección o superioridad.  La experiencia subjetiva así como las demandas otorgadas por la sociedad al/a la sujeto, decretan el sentido de inferioridad.  Se dará cuenta usted que son estas mismas inferioridades las que llevan al/a la sujeto a compensar sus carencias, debilidades, ausencias, deficiencias o, en resumen, su sentido de inferioridad, en ocasiones atándose en relaciones sociales y emocionales dependientes –compensatorias.  No obstante, no todo/a sujeto es capaz de compensarlo de manera exitosa por lo que, de fracasar en el intento, alcanza un estado de perfeccionamiento neurótico.  De aquí, donde el sentido de ser alguien de menos valor se vuelve una descripción propia certera y precisa, sin espacio a la superación.  Otros/as, reprimen el sentido de inferioridad transformándose, proyectando y realmente creyéndose ser mejores que los demás comparativamente.  El/la sujeto con el complejo de superioridad, carente de un ajuste mental, es definido/a como un ser arrogante, prepotente y con tendencias a exagerar logros y capacidades, capaz de asignarse fortalezas y habilidades de las que realmente carece.  Incluso con tendencias a hacer pasar como suyas las ideas y trabajos de otros pares, desde campañas políticas, discursos y escritos hasta logos empresariales.  Sobre el racismo y otras diversidades culturales, sea usted el/la juez.  
A modo de resumen, el automejoramiento, la autorrealización o la lucha por superar el sentido de inferioridad, puede ser un mecanismo saludable cuando, para fines intrapersonales, se alcanza exitosamente el mejor desempeño de la propia persona, fines totalmente opuestos al deseo de hacerse ver mejor que las demás personas: colegas, empleados, parejas, clientes, familiares, gobernantes, socios, vecinos, grupo social cercano, todos/as. 

Por otro lado, dentro del espectro paranoide será usted capaz de identificar el delirio de grandeza, bajo una idea o concepto inaceptable de la propia persona.  Quien sufre de tal delirio inicia una construcción fantaseada de poseer características únicas o superiores en un intento desacertado por aumentar un débil nivel de autoestima y reducir la incompetencia o complejo de inferioridad.  Para sobrevivir, se proyectan mucho más capaces de lo que verdaderamente son.

En contraparte, si permitimos estudiar someramente el perfil de personalidad característico y vinculado a un complejo de inferioridad o de superioridad así como el delirio de grandeza, línea fronteriza, permítase evaluar a la personalidad narcisista.  Pues un ser humano cuya fantasía, conducta y necesidad radica en la admiración y grandeza con una prepotencia que exagera talentos y logros, espera ser socialmente reconocido como superior.  Sus fantasías de éxito, poder, inteligencia y amor alcanzan un nivel ideal alucinante ilimitado.  Creyéndose único/a y especial se siente que sólo puede relacionarse social y emocionalmente con otras personas de estatus altos, reales y adquiridos o impuestos por la neurosis.  Ante una necesidad excesiva de admiración, muestra sentimientos a sus relacionados/as con el fin de recibir un tratamiento especial y privilegiado, favorable y que cumplan de manera inmediata con sus expectativas y caprichos.  La capacidad de sentir empatía por los/as otros/as está ausente, pues no está dispuesto/a a reconocer o identificarse con las necesidades, sentimientos y expectativas de las demás personas.  Bajo el imaginario de ser superior, siente que todos/as le envidian, empero, la envidia real proviene de sí mismo/a hacia el resto.  Sus actitudes arrogantes y de superioridad llevan a la manipulación del entorno y a la frustración cuando sus expectativas o deseos no son cumplidos.  Esta frustración mayormente expresada como coraje, es desplazada hacia las pocas personas dispuestas a permanecer y servir como su medio de apoyo.  La mayoría de las relaciones interpersonales, familiares, laborales y emocionales con estas personas se deterioran en poco tiempo, pues como ser humano, se agota en el intento de cumplir con tan altos estándares así como de vivir la fantasía del narcisismo.

No se puede andar por la vida luchando ser alguien superior al resto y dependiendo de terceras personas para alcanzarlo.  Ser capaz de autorrealizarse por mérito propio y compartirlo honesta y humildemente —realmente humilde— con quien se desee, es la mejor pericia.  No querrá usted mantenerse bajo el perfeccionamiento neurótico y afectando la calidad de vida de quienes le rodean.







Wednesday, August 20, 2014




La constancia de seguir las normas de cualesquiera de los juegos de la vida puede, en muchos casos, volverse muy aburrida.  Para curarlo, dentro de la misma experiencia y evolución de vida, muchos/as individuos desarrollamos la habilidad de crear nuestras propias normas a estos juegos —conscientes e inconscientes.  Otros, en cambio, se mantienen dirigidos/as por las reglas de terceros/as, en una regresión permanente o marionetas de sus líderes.  Empleando la racionalización, estos/as individuos pudieran proyectar un perfil muy autosuficiente y autogobernado, no obstante, se darán cuenta ustedes que permanecen dominados/as y sumisos/as ante lo ajeno.  El arte de volverse generador/a no es dado a todos/as, sospecho que se requiere de un cúmulo de destrezas y conocimiento intrapersonal.  Cuando estos/as seguidores/as con racionalizaciones incorrectas de líderes se enfrentan a genuinos/as líderes, existen varias posibilidades.  Inicialmente, el uso de la proyección le permite al/a la seguidor/a atribuir a ese/a líder genuino/a carencias y defectos propios, atribuirse como propias las virtudes del/de la líder genuino/a y mantener un perfil proyectado de la autosuficiencia y autogobernación.  De manera consciente o inconsciente, el/la sumiso/a se hace fuerte y capaz, de forma somera, superficial.  Al faltar el/la líder, el/la sumiso/a se pierde en el vacío, es dependiente, sufragáneo/a.  Es entonces cuando utiliza el soponcio como trebejo.  Inicia rogando el retorno del/de la líder, del orden, del patrón, de las normas en fin.  Pues siendo incapaz de subsistir por méritos propios, se auxilia a como dé lugar, complaciendo demandas y peticiones, modificándose temporalmente a fin de obtener lo suplicado.  Serán testigos ustedes de como, al pasar del tiempo, volverá a ser el/la mismo/a individuo.  Pues nada verdaderamente ha cambiado sin antes haber sido receptor de la contribución profesional.  Todo será una simple puesta en escena de un derroche de falacias y falsificaciones temporales que vienen e irán al olvido activa y rápidamente. 

¡Alegría! por los/as que nos desarrollamos como líderes genuinos/as, por los/as que no seguimos los patrones desarrollados por otros/as individuos y nos arriesgamos en la aventura de vivir de la mejor manera que nos parezca posible.  Por cuestionar y no dejarnos dominar.






Monday, August 18, 2014

La Presencia de la Ausencia



Es a mi hoy a quien le corresponde celebrar, porque en contra de todas las opiniones de las personas más influyentes y advertencias, personales y profesionales, inicié una aventura con el fin de complacer a otra persona; un hecho que a primer dictamen pudiera parecer llevado a cabo por una persona cuya capacidad de juicio está ausente o menoscabada, sin embargo, si se toma el justo tiempo de ubicar su pensamiento desde otra posible perspectiva, se dará cuenta usted que solo una persona en plenos cabales, sana y saludable mentalmente es capaz de acceder a complacer y ayudar en las necesidades de otros.  Ya que se ha educado en el proceso de identificación, operacionalización y conceptualización de sus fortalezas y áreas en desarrollo, con un camino trazado, metas a corto, mediano y largo plazo, o en resumen, que solo quien se conoce a sí misma plenamente es capaz de tomar a otra persona y volverse compañera en su proceso de identificación, reconocimiento y evolución.  Incluso, en contra de las propias cogniciones, cual permanece como mujer o fiera, sinónimos en este escrito, en lucha y batalla de encontrar balance en el desbalance, placer en las odiseas, serenidad en las guerras, consuelo en los insultos y menosprecios, neutralidad ante la vergüenza, abstención en las injusticias.  Toda creación, tangible o  ilusoria, tiene sus límites, y saber identificar los propios límites es sin espacio a la duda una de las mayores fortalezas.  Así que se celebra el haber ofrecido de manera desmedida los mejores recursos, propios y concedidos.  Se celebra la satisfacción de haber tenido la coraza y corona de haber solicitado y utilizado fuentes externas como recursos de auxilio en los momentos oportunos, carácter personal y singular.  Cuando las fortalezas y energías se comprometen, se solicita ayuda, un hecho que se apoya a sí mismo objetiva y empíricamente.  Es a mi hoy a quien le corresponde celebrar, y lo haré por la libertad, libertad de alma, cuerpo y pensamiento.  Es de esos días que todo mundo quiere tener pero sobre los que piensan a la vez que no deben o merecen tener; de hacer lo que se les venga en gana, de volver a tenerse a sí mismo en perspectiva individual y no sentirse culpable, preocupado o bajo la sensación que provoca el pensar que se anda haciendo algo incorrecto, egocéntrico o egoísta y de un deber de estar en un lugar diferente al que se encuentra, esta es mi oportunidad.  Yo ofrecí, otorgué y recogí.  Pues ahora quien celebra soy yo, satisfecha del mejor desempeño capaz en una relación interpersonal, pues a pesar de la perspectiva aislada e inexacta de ingratitud y egoísmo, la realidad es mucho más profunda y distinta.  Me  alegra cada detalle de lo ocurrido.  Esta vez no hay final triste, no hay lágrimas ni órganos rotos.  Muy por el contrario, porque se dio más de lo que recibió y merecía, ni siquiera se espera compensación.  Un hasta aquí siempre debe ser motivo de celebración y hoy no será la excepción. ¡Salud!, por lo que pasó, por quien soy y por lo que vendrá.







Saturday, August 9, 2014